lunes, 6 de septiembre de 2010

Este fin de semana me asomé, pero solo fue un asomo eh, a una discoteca-restaurante, sin embargo, aunque la mayor parte de las personas gustan de estos ambientes, debo confesar, me sentí muy, pero muy incomodo, no se que será, de hecho me gusta mi libertad, pero siento que esa no es libertad; en fin, pensé que era una oportunidad para estudiar al ser humano una vez más. El lugar estaba abarrotado de personas, en su mayoría jóvenes de entre 18 a 24 años, buaf, se creían los dueños del mundo con sus cigarros y sus cervezas, la verdad, prácticamente podía ver el cigarro diciéndole a los chicos: quieto chiquito, quieto. Y es que la verdad, a eso es precisamente, a lo que están esclavizados estos tipos y tipas, a los vicios y a sentirse ultra guay por bailar.

Ah! eso es otra cosa, el baile, dios mío, si eso es baile, entonces una convulsión es un maestro, si de bailar hablamos, moverse solo porque sí, incluso imitando movimientos "sensuales", nooo, eso no es mi ambiente, creo que yo aún soy salvaje, disfrutando del mar, del bosque, de un buen sonido de guitarra, o quizá conozco demasiado bien lo que está mal de lo que está bien, sea como sea, yo digo NO, solo estuve ahí alrededor de una hora, lo suficiente para beberme un refresco de frutas...jajaja ahora que lo pienso, debe haberse visto extraño que alguien tomase jugo de frutas entre tanto alcohol jajaja, de hecho ya lo he vivido con mi hermana, el comprar pan y soda cuando todos compran boquitas y tequila, pero en fin. seguramente quienes me acompañaban y yo diremos a la próxima vez: NO.